El vocablo ciencia procede del latín y significa «saber», si bien, además, el objetivo de la ciencia no es sólo saber sino que es también el de «comprender» el mundo natural. El vocablo física procede del griego y hace referencia la conocimiento del mundo natural [1].
Aristóteles pensaba la (antigua) física mediante la introducción de hipótesis, a partir de las cuales pretendía explicar los fenómenos físicos, presciendiendo de la experimentación (filosfía natural), algo sustancialmente distinto a la física que empezó a moldearse con la revolución científica en los tiempos de Galileo: desde entonces, las explicaciones que puedan darse a un determinado fenómeno del mundo natural no pueden prescindir de la experimentación, no basta con hacer hipótesis, contrastar lo que se deduce con las observaciones es fundamental, de manera que el conocimiento y comprensión del objeto de estudio (siempre provisionales, desde el punto de la ciencia moderna) se basa en un proceso iterativo que consiste en hacer hipótesis razonables, construir una teoría, contrastar sus predicciones con lo que se observa, y vuelta a empezar a partir de ello. $\diamond$
- [1] P. Tipler, G. Mosca, Física (Reverté, 2010), vol. 1, pp. 1-3.
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